Sábado Previo a la Pascua—2013

Fred R. Coulter— 23 de Marzo, 2013

 


¡Saludos hermanos! Bienvenidos al sábado previo a la Pascua. La Pascua será en domingo al atardecer, y se estará celebrando antes en el transcurso de este año… debido a la variación de los días en el Calendario Hebreo Calculado. Ésa es la manera en que Dios mantiene todo en Su propio tiempo. Vamos a examinar algunas cosas con relación a la Pascua, y a lo que Jesucristo hizo por nosotros, cuando Él—como Dios manifestado en la carne—vino al mundo para reconciliarlo consigo mismo.  

 

Esta reconciliación comienza con aquellos que son las primicias, también conocidos como la Iglesia de los Primogénitos. Sólo aquellos que han sido bautizados bajo la gracia de Dios, deben tomar la verdadera Pascua Cristiana.

 

Es increíble cómo es que tantas cosas en la Biblia—ahí están, frente a nuestros ojos. Pero si Dios no abre nuestros ojos, no podemos verlas; no podemos entenderlas. Y resulta que aquellas personas que pensábamos que eran expertas en la Palabra de Dios… rechazan algunas de las cosas más importantes. Una de ellas es la Pascua. Y es por eso que el mundo no puede entender lo que Dios está haciendo, a pesar de que Él lo ha plasmado en Su palabra.

 

La verdad es que ni siquiera los apóstoles y discípulos lo entendían. No, ¡ellos no lo entendían! Veamos lo que Jesús dijo a los discípulos antes de que comenzaran a entender. Pensemos en esto: Ellos fueron instruidos personalmente por Jesucristo durante tres años y medio. Ellos eran los 12 apóstoles, y uno de ellos—Judas Iscariote—era un traidor. Sin embargo, ninguno de los otros apóstoles entendía a quien se refería Jesús cuando dijo: ‘Uno de ustedes me traicionará esta noche.’ Esto demuestra que debe suceder algo especial en nuestra vida personal, antes de comenzar a entender la Palabra de Dios.

 

Jesús quería enseñar esto a los apóstoles. Tenía que hacer lo que leemos en Mateo 24. Debemos entender que: Cualquier cosa que aprendamos y entendamos de la Verdad de Dios, ¡tiene que venir de Dios! Sabemos que la clave para entender la Biblia es que: Tenemos que obedecer lo que aprendemos; y a medida que obedezcamos, ¡comenzaremos a entender!

 

Debe haber un cambio espiritual en nuestra mente, una acción espiritual de parte de Dios que:

 

·             Nos dé el entendimiento

·             Nos dé ese anhelo

·             Nos dé ese deseo

 

          ¡todo esto viene de Dios! y nosotros también tenemos nuestra parte; tenemos que:

 

·             Creer

·             Obedecer la voz de Dios

·             Hacer lo que Dios nos ordena

 

En eso consiste la operación maravillosa de Dios, incluso las cosas que parezcan ser una tragedia… al final resultarán para bien. Después de que Jesús resucitó de entre los muertos, se apareció a los apóstoles. Una vez que lo reconocieron, y que Él estaba seguro de que lo habían reconocido: Jesús los reunió a Su alrededor y abrió las Escrituras. Todo lo que aprendemos debe venir de Dios ¡a través de Jesucristo!

 

Lucas 24:44: “Y les dijo, ‘Estas son las palabras que les hablé cuando estaba aún con ustedes, que todas las cosas que fueron escritas concerniente a Mí en la Ley de Moisés y en los Profetas y en los Salmos deben ser cumplidas.’ Entonces les abrió sus mentes para entender las Escrituras” (versos 44-45). Ésa es la clave.

 

El mundo puede tener la Biblia. Puede leer la Biblia. Pero como dice en Mateo 13… ¿De qué sirve si no creen, si no escuchan, si no obedecen, si no entienden? Jesús tuvo que abrir sus mentes para que entendieran las Escrituras.

 

Verso 46: “Y les dijo, ‘De acuerdo a como está escrito, era necesario para el Cristo sufrir, y resucitar de los muertos al tercer día. Y en Su nombre, arrepentimiento y remisión de pecados serán predicados a todas las naciones, comenzando en Jerusalén’” (versos 46-47) —porque ahí es donde Dios puso Su nombre.

 

Tenía que comenzar en el templo. Y así sucedió en el Día de Pentecostés… porque ahí es donde Dios dio autoridad:

 

·             En la Ley de Moisés

·             En los profetas

·             En los Salmos

 

Veamos la primera profecía sobre el Mesías venidero en Génesis 3, justo después del pecado de Adán y Eva. Jesús habló sobre sí mimo porque Él era el Señor Dios del Antiguo Testamento. Su juicio llegó tan pronto como se presentó el pecado de Adán y Eva—por Satanás el diablo—ante la presencia de Dios. Él tenía que juzgar. Pero antes de profetizar y de dictar sentencia contra Adán y Eva, tenía que combatir a Satanás el diablo—y eso es lo que hizo en Génesis 3. Sin embargo, la confrontación terminaría hasta el libro del Apocalipsis. Ya saben lo que sucedió cuando Adán y Eva pecaron. Ya lo hemos visto, así que no profundizaremos en ese tema.

 

Después, Dios le preguntó tanto a Eva: ‘¿Por qué hiciste esto?’ y a Adán le preguntó: ‘¿Por qué hiciste aquello?’

 

Génesis 3:14: “Y el SEÑOR Dios dijo a la serpiente, ‘Porque has hecho esto eres maldita sobre todo el ganado, y sobre todo animal del campo. Irás sobre tu barriga, y comerás polvo todos los días de tu vida.’”

 

Y como tiene que haber una salida del problema… Dios dicta la siguiente profecía. Sólo Dios puede proveer una salida. Él es el único que podía resolver el problema del pecado de Adán y Eva porque Él los creó, y nos creó a nosotros a través de la procreación. Esa es la lección de la Biblia. No podemos resolver los problemas de nuestros propios pecados. No podemos salir de las dificultades en que nos metemos.

 

·             Estamos limitados

·             Tenemos la ‘ley del pecado y muerte’ en nosotros

·             Vamos a morir y volver al polvo como dijo Jesús

 

Y sólo Él puede sacarnos de esa condición. Aquí está la profecía, a la serpiente le dijo:

 

Verso 15: “Y pondré enemistad entre la mujer y tú, y entre su Semilla y tú semilla; Él magullará tú cabeza… [Refiriéndose a Satanás y a todo lo que ha hecho] …y tú magullarás Su talón”—refiriéndose a la crucifixión. Esa es la Escritura principal en el libro del Génesis durante la época pre diluviana.

 

Después del diluvio hay otras Escrituras que hablan al respecto, y como ejemplo podemos tomar la relación entre Dios y Abraham. Lo primero que Dios hace es: revelar que Él vendría y moriría para cumplir Su promesa y la bendición que le dio a Abraham.

 

Es interesante como Dios interviene para mostrar una salida, cada vez que surge algo así. Aunque no aparezca por escrito… a Adán y Eva se les concedió arrepentimiento. Dios los removió del jardín del Edén, y puso un querubín en la entrada para que no pudieran comer del árbol de la vida.

 

Sin embargo, Dios mató cabras—y con sus pieles—hizo cubiertas para sus cuerpos. Es posible que éstas cabras también fueran una expiación por su pecado. Eso no quiere decir que pudieran volver al jardín del Edén, sino encontrarse con Dios en la entrada al oriente. Dios saldría del Jardín para encontrarse con ellos. También es probable que hubiera un altar ahí  porque sabemos que Abel ofrecía sacrificios, y fue contado entre los justos.

 

Ahora vayamos a Génesis 15, donde leemos que Dios hizo algo tremendo. Es algo realmente notable porque  la única forma de reconciliación entre Dios y el hombre, era que Dios mismo pagara el precio por los pecados de toda la humanidad.

 

Esto no se sabía en aquel tiempo, pero como hemos aprendido, toda la Palabra de Dios en el Antiguo Testamento es como una semilla. Cuando ésta se planta y comienza a crecer… es cuando nosotros comenzamos a entender. Pero si sólo vemos la semilla no sabremos lo que contiene; no sabremos que es, no sabemos en qué se convertirá.

 

Vamos a Génesis 15 para ver lo que Dios le dijo a Abraham. Primero le dijo que tendría un hijo de sus propios lomos (verso 4), y después le dio un pacto grandioso; el resto de la Biblia se deriva de Génesis 15. Como hemos visto y aprendido, Dios prometió Su propia muerte futura para hacer esto posible.

 

Génesis 15:4: “…‘Este hombre no será tu heredero; sino el que saldrá de tus propios lomos será tu heredero.’” Dios hizo algo muy interesante, algo inusual. A raíz de las cosas que hemos estudiado previamente, sabemos que esa misma noche, la noche en que Dios hizo esto… habría de ser la noche de la Pascua. 

 

Es absolutamente increíble— ¿no creen? Y como hemos estudiado y aprendido, sabemos que Dios tiene Sus tiempos señalados. Cada uno de sus Días Santos es un tiempo señalado, pero el de mayor importancia para Dios es menospreciado y rechazado por los seres humanos.

 

Después de que Dios mencionó sobre su semilla física, verso 5: “…lo llevó afuera, y dijo, ‘Mira ahora hacia los cielos y cuenta las estrellas—si eres capaz de contarlas.’ Y le dijo, ‘Así será tu descendencia.’” Esto tiene un doble significado.

 

1.           La semilla física—correspondiente a Isaac, quien sería su heredero inmediato

2.           La semilla espiritual—que vendría a través del Nuevo Pacto

Conformado por

·             El Pacto Milenario

·             El Pacto del Último Gran Día

 

Hay muchas cosas que están incluidas en lo que Dios ha dicho—como una descendencia por ejemplo.

 

Verso 6: “Y creyó en el SEÑOR. Y Él se lo contó por justicia” ¿Por qué se lo contaría Dios por justicia? ¡Porque creyó Sus palabras! Aquí también vemos que Dios le dio una tarea imposible: contar las estrellas.

 

Hasta el día de hoy, no hay hombre que pueda adivinar su número. Ya hasta se cansaron de adivinar la cantidad de estrellas y galaxias que existen. La última estimación fue de 360 billones. Tal vez más adelante se den cuenta de que hay trillones y trillones de ellas.

 

Así que la creación de Dios es tan grande, que al mirar la pequeña semilla de la que hablamos… es casi insondable que esto pudiera cumplirse por medio el plan de Dios.

 

Ahora, hay un sacrificio especial que Dios le encargó a Abraham. Verso 9: “Y Él le dijo a él, ‘Tómame una novilla de tres años de edad, y una cabra de tres años de edad, y un carnero de tres años de edad, y una tórtola, y una paloma joven.’ Y él tomó todos estos para sí mismo, y los dividió por la mitad… [abriendo un camino por el cual Dios pudiera pasar] …y colocó cada pieza opuesta a la otra…” (Versos 9-10).

 

Entonces… al atardecer Dios hizo que Abraham cayera en un sueño profundo, para mostrarle lo que iba a suceder; verso 12: “Y sucedió, mientras el sol estaba bajando, que un profundo sueño cayó sobre Abram. Y he aquí, ¡un horror de gran oscuridad cayó sobre él!” Aquí vemos un indicio profético sobre la muerte de Dios en la crucifixión de Cristo.

 

Fue ahí cuando Dios juró que la simiente de Abraham heredaría la tierra que Él les daría. ¡No es cualquier cosa! En Génesis 17 encontramos el pacto sobre la semilla física, el cual establece que sus descendientes se convertirían en grandes naciones; que Abraham llegaría a ser padre de naciones; que Sara engendraría a muchas naciones y reyes; y que los nombres de Abram y Saraí serían cambiados a Abraham y Sara respectivamente.  

 

Sin embargo, tuvieron que pasar otros 15 años para el nacimiento de Isaac. Dios quiso hacerlo cuando fuera humanamente imposible que Abraham y Sara tuvieran hijos. Después—cuando Isaac aún era muy joven— Dios le dijo a Abraham que tomara a su hijo para ofrecerlo como sacrificio. Es probable que también esto haya sucedido en el Día de la Pascua ¿No es interesante?— ¿la manera en que Dios trabaja?...

 

Génesis 22—veamos el desarrollo del plan de Dios. Recuerden lo que dijo Jesús: ‘En la Ley y los Profetas y los Salmos.’ Vamos a ver y a examinar las profecías que contienen. Es como un árbol que produce:

 

·             Conocimiento eterno

·             Entendimiento eterno

 

Pero hay un misterio en él, porque si analizamos el crecimiento de un árbol… no sabemos cómo crece, pero sabemos que lo hace. Es como el plan de Dios. Podemos entender ciertas partes, pero otras no; no sabemos. Dios nos hará entender esas cosas en Su tiempo y a Su manera.

 

Aquí en Génesis 22, Abraham tomó a Isaac y le dio la leña; Isaac cargó la leña y Abraham llevó el resto de las cosas para el sacrificio. Estando arriba Isaac le preguntó: ‘Padre, tenemos la madera y el fuego, pero ¿dónde está la ofrenda?’ Y Abraham contestó: ‘Hijo mío, Dios proveerá la ofrenda.’

 

¡Todo un ejemplo de fe! Y aunque el texto no especifica lo que pasaba por su mente en ese momento, si volteamos a Hebreos 11 veremos que: “Abraham creyó que Dios era poderoso para resucitarlo de entre los muertos’ en caso de tener que sacrificar a su hijo.

 

Dios quería hacer algo: QUERÍA ESTAR SEGURO. Y por eso  probó a Abraham durante 40 años seguidos. Ustedes saben lo que pasó: Abraham amarró a Isaac, lo puso en el altar, tomó el cuchillo para sacrificarlo, y entonces…

 

Génesis 22:11: “Y el ángel del SEÑOR lo llamó desde los cielos y dijo, ‘¡Abraham! ¡Abraham!’ Y él dijo, ‘Aquí estoy.’ Y Él dijo, ‘No coloques tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada, porque ahora sé que temes a Dios, viendo que no has retenido a tu hijo, tu único hijo, de Mi’” (versos 11-12). Ésta es una tipificación de Dios el Padre y Jesucristo—ambos dispuestos y fieles.

 

Ahora veamos lo que hizo Dios. Esto es importante porque el resto de la Biblia debe ir conforme al plan de Dios, y todas las cosas deben cumplirse en sus tiempos señalados.

 

Verso 13: “Y Abraham levantó sus ojos y miró. Y, he aquí, detrás de él un carnero estaba enredado en un matorral por sus cuernos. Y Abraham fue y tomó el carnero y lo ofreció como holocausto en lugar de su hijo.”

 

Lección Importante: sacrificio sustitutivo. ¡Cristo murió por nosotros! Y hay mucho que decir al respecto. De hecho, Todo el Nuevo Testamento se deriva de ello.

 

Ahora veamos lo que Dios dice en el verso 15: “Y el ángel del SEÑOR llamó a Abraham desde el cielo la segunda vez, Y dijo… [Aquí está el mensaje de Dios]…‘Por Mí mismo he jurado…’” (Versos 15-16). Iba a ser algo seguro porque se basaba en:

 

·             La Existencia de Dios

·             El Plan de Dios

·             La Palabra de Dios

·             La venida de Cristo

 

El cumplimiento de las 12 tribus de Israel se volvería una realidad. Dios lo hizo realidad por la obediencia de Abraham. Él lo juró por sí mismo, y lo iba a cumplir.

 

“…dice el SEÑOR, ‘porque has hecho esta cosa, y no has retenido a tu hijo, tu único hijo; Que en bendición Yo te bendeciré… [a él y a su semilla] y en multiplicación Yo multiplicaré tu descendencia como las estrellas de los cielos…’” (versos 16-17). Aquí se refiere a aquellos que estarán en la primera resurrección al regreso de Jesucristo.

 

No es posible comprenderlo si sólo lo leemos aquí, pero si nos apoyamos en el Nuevo Testamento y si Dios abre nuestra mente… podremos entenderlo.

 

“‘…y como la arena la cual está sobre la orilla del mar. Y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos. Y en tu descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra, porque [tu] has obedecido Mi voz’” (versos 17-18).

 

¡Piénsenlo! Todas las naciones –pasadas, presentes, y futuras. ¿En qué escala estaremos si tomamos en cuenta a todas las naciones del pasado, las presentes y las futuras? ¡La verdad no tengo idea! Por eso es que los Días Santos y el plan de Dios—Sus tiempos señalados—son tan importantes, porque nos muestran la manera en que Dios los cumplirá. Todo comienza con un sacrificio, ¡Comienza con la Pascua!

 

Génesis 26[corregido] —veamos por qué la promesa continuó con Isaac. Quiero que piensen en la importancia que puede tener un solo hombre; ese hombre es Abraham. El Dios que él conoció es Quien se convertiría en Jesucristo.

 

Aquí en Génesis 26:3—Dios ya estaba tratando con Isaac: “‘Permanece en esta tierra, y estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia, daré todas estas tierras; y estableceré el juramento el cual juré a Abraham tu padre.’” Así que la semilla física vendría a través de Isaac.

 

Verso 4: “‘Y multiplicaré tu descendencia como las estrellas de los cielos…’”—Cristo vendría a través de Isaac, y la semilla espiritual a través de Cristo.

 

“‘…y daré a tu descendencia todas estas tierras. Y en tu descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra, [¿por qué?]…porque Abraham obedeció Mi voz y guardó Mi encargo, Mis mandamientos, Mis estatutos y Mis leyes’” (versos 4-5). ¡Esto es realmente significativo! ¡Es una Distinción!

 

Ahora, si nos trasladamos hasta el tiempo de la Pascua con los hijos de Israel (Éxodo 12), vamos a encontrar más detalles al respecto. La Pascua que leemos en Éxodo 12, tiene algunas variaciones con la Pascua de Jesucristo. El sacrificio no era a la misma hora, pero la cena—como la que celebraremos mañana en la noche—la guardamos como lo hizo Jesucristo en Su última Pascua.

 

Hay que entender que la Pascua era para preservar a los primogénitos. Eso tiene mucho que ver con la Iglesia; tiene mucho que ver con todo el Plan de Dios. Basta con voltear a aquella época para ver lo importante que eran los primogénitos. Jesús fue el primogénito; el primogénito de María y el primogénito de entre los muertos.

 

Esa Pascua sería especial, y habría de celebrarse el día 14 del 1er mes. Como hemos visto, el pacto con Abraham se remonta hasta ese día. Lo más importante sobre la Pascua en Éxodo 12, es el significado que tiene para todos… ¡en todas las épocas!

 

En Éxodo 12:11 leemos que el Señor dijo: “…es la Pascua del SEÑOR.” No es la Pascua de los Judíos, es del SEÑOR para las 12 tribus de Israel… de las cuales una eran los judíos. Dios deja claro que la Pascua no es dejar Egipto, sino la preservación de los primogénitos.

 

Verso 12: “Porque pasaré a través de la tierra de Egipto esta noche, y heriré a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, hombre y bestia. Y ejecutaré juicio contra todos los dioses de Egipto. Yo soy el SEÑOR.”

 

Deténganse y piensen en esto. Todos los dioses de Egipto provenían de Babilonia [pero fueron renombrados], al igual que todas las religiones falsas y paganas en el mundo. Todo se originó en Babilonia, en la Torre de Babel. Todo retrocede hasta los tiempos de Nimrod y Tamús. El resto de los nombres fueron  cambiados porque Dios había confundido el idioma.

 

También piensen en esto: Al emitir juicio contra los dioses de Egipto… Dios juzgó a todos los dioses de los hombres y a Satanás el diablo para siempre. Hizo un juicio doble con el sacrificio de Jesucristo. Por eso no debemos salir al mundo a buscar tal o cual religión, para ver como adoran a su dios.

 

Si les pregunto: ¿Cuál es el primer mandamiento? y me dicen: ‘No tendrán otros dioses delante de Mí’… están en lo correcto. Pero esa es sólo la segunda parte. La primera es: ‘Yo soy el Señor Su Dios que los sacó de la tierra de Egipto, no tendrán otros dioses delante de Mí.’ Ese juicio es importante, y queda resumido en el sacrificio de Cristo.

 

Vamos a ver algunas cosas concernientes al Día de la Pascua en sí, la crucifixión de Cristo—el sacrificio literal de Dios en la carne.

 

·             ¡Sabemos que Jesús vino del cielo!

·             ¡Sabemos que Él era parte de Elohim!

·             ¡Sabemos que Él fue Dios antes de convertirse en hombre!

 

Después de todo, ¿No es esa la razón por la cual Dios nos hizo a Su imagen? ¡Por supuesto!

 

1.           Para que pudiéramos ser como Él a través del plan y el proceso de Dios.

2.           Para que Dios—en la forma de Elohim—pudiera convertirse en hombre y ser el sacrificio perfecto por los pecados de todo el mundo.

 

Recuerden que la promesa es para ¡todas las naciones!

 

Gálatas 3:29 dice: “Y si ustedes son de Cristo, entonces son semilla de Abraham, y herederos de acuerdo a la promesa.”

 

Como dijo Jesús: ‘Éstas cosas fueron escritas en la Ley, en los Salmos, y en los Profetas.’ Veamos algunas de las profecías en el libro Isaías. ¡Son profecías tremendas! Por eso Jesús preguntaba a los escribas, a los Fariseos, y sacerdotes: ‘¿Acaso no han leído? ¿No entienden?’ Tenían la Palabra de Dios para entender…

 

Muchas Escrituras del Antiguo Testamento son difíciles de entender. Esto se debe a que hay un ‘poquito aquí, un poquito allá; línea sobre línea, precepto sobre precepto.’ Necesitamos conjuntarlo de manera apropiada, dividiendo la Palabra de Dios correctamente.  

 

Isaías 40—aquí tenemos algo que aplica doblemente a la venida de Cristo. Aplica tanto a Su primera venida en el tiempo de Juan el Bautista, como a la segunda en el tiempo del fin. Veremos algunas escrituras referentes a Su primera venida, que en el siguiente verso hacen referencia a Su segunda venida, que en el siguiente verso hablan sobre algo vigente, y en el siguiente verso hablan sobre algo que sucederá en el Milenio.

 

 Hay muchas cosas en el libro de Isaías, y a medida que vayamos leyendo... recordemos lo que el Apóstol Pablo escribió a Timoteo; le dijo: ‘Has conocido los sagrados escritos, los cuales son capaces de hacerte sabio hacia salvación a través de fe, la cual es en Cristo Jesús.’

 

He dado algunos sermones sobre cómo el Apóstol Pablo predicaba a Cristo con el Antiguo Testamento—Es una serie de tres partes, titulada: ¿Cómo predicaría usted a Cristo con el Antiguo Testamento? Gran parte de esos sermones se basan en el libro de Isaías.

 

Isaías 40:1: “‘Consuélate, Oh consuélate, Mi pueblo,’ dice tu Dios... [Eso puede aplicar tanto a la primera como a la segunda venida]…‘Habla cómodamente a Jerusalén, y clámale a ella que su guerra está cumplida… [aún no, eso es para la segunda] …que su iniquidad es perdonada; porque ella ha recibido doble de la mano del SEÑOR por todos sus pecados’” (versos 1-2).

 

Después vuelve hasta el tiempo de Juan el Bautista, porque la profecía en Malaquías que dice que el Señor enviaría a ‘Su mensajero para preparar el camino.’ Ahí está, esto es a lo que se refería Juan el Bautista. Él nunca se refirió a sí mismo como Elías, se refirió a sí mismo como ‘la voz del que clama en el desierto.’

 

Verso 3: “Una voz está gritando en el lugar desolado, ‘Preparen el camino del SEÑOR, enderecen en el desierto una autopista para nuestro Dios.’” esto puede aplicar tanto a la primera venida de Cristo, como a la segunda.

 

Verso 4: “‘Todo valle será exaltado, y toda montaña se allanará; y lugares torcidos serán enderezados, y lugares ásperos hechos planos.’” Eso no ha sucedido aún; se está refiriendo a la segunda venida. Sin embargo, también podemos aplicar esto a la comprensión de la Escritura.

 

Verso 5: “Y la gloria del SEÑOR será revelada… [La gloria del Señor fue revelada a través de Cristo en Su primera venida, y volverá a ser revelada cuando regrese] (Aquí está lo que va a suceder): …y toda carne la verá juntamente; porque la boca del SEÑOR ha hablado.’”

 

Después vuelve a regresar hasta el tiempo de Juan el Bautista, cuando Juan clama por arrepentimiento, verso 6: “Una voz dice, ‘¡Grita!’ Y él dice, ‘¿Qué gritaré?’ “Toda carne es hierba, y toda la belleza de esta es como la flor del campo. La hierba se marchita, la flor se marchita porque el aliento del SEÑOR sopla sobre ella; ciertamente las personas son hierba”’” (versos 6-7). Esta escritura hace alusión a la vida humana temporal, porque Dios tiene absoluto control sobre ella.

 

Veamos otras escrituras que aplican más directamente. Vamos a Isaías 42:21—hablando sobre Cristo, dice: “El SEÑOR está bien complacido por amor a Su justicia; Él magnificará la Ley y la hará gloriosa.” Este verso nos habla sobre el ministerio de Cristo.

 

Al relacionarlo con el Nuevo Testamento, lo asemejamos a una semilla. Todas Sus enseñanzas crecen y se expanden; lo mismo sucede con los escritos del Apóstol Pablo, con el libro de Apocalipsis, y aún después de los cielos nuevos y la tierra nueva… seguirá expandiéndose. Vean cómo del ‘incremento de Su gobierno y paz no habrá fin.’ Así que Dios se complació con la justicia de Cristo.

 

Isaías 50—aquí vemos cómo enseñaba Jesús, y también vemos cómo concordaban las Escrituras del Antiguo Testamento: ‘línea sobre línea, aquí un poquito, allá un poquito’; primera venida /segunda venida—una después de la otra.

 

Isaías 50:4: “El Señor DIOS Me ha dado la lengua del aprendido…” ¿Qué sucedió con Jesús a sus 12 años cuando subió a Jerusalén en el tiempo de la Pascua? Se quedó con los ancianos y los sacerdotes. Ellos le hacían preguntas, y él les contestaba y les hacía preguntas. Estaban sorprendidos con Su sabiduría… ¿Por qué?

 

“…para saber ayudar al cansado con una palabra. Él Me despierta mañana a mañana...” (verso 4). Así es cómo aprendía Jesús. Él no iba a ninguna escuela Rabínica, pero tenía un Maestro más grande— ¡Dios el Padre!

 

“…despierta mi oído para oír como uno siendo enseñado. El Señor DIOS ha abierto Mi oído, y no fui rebelde ni di la espalda” (versos 4-5) —así fue la educación de Su infancia, Su enseñanza. Recuerden que Jesús dijo en muchas ocasiones: ‘Yo sólo digo lo que el Padre me ordena decir. Yo sólo hago lo que veo hacer al Padre.’ Y aquí está la razón.

 

El verso 6 rodea todo Su ministerio, y se traslada hasta el día de la crucifixión—es un verso muy interesante: “Y di Mi espalda a los heridores, y Mis mejillas a ellos que arrancaban el pelo; no oculté Mi cara de vergüenza y esputos.” Vean cómo se expande hasta el propósito de la crucifixión. Jesús tuvo que vencer a Satanás el diablo, al gobierno, al pueblo, al sacerdocio—y a todos los que pecaron—para poder ser ése sacrificio perfecto.

 

Verso 7: “Porque el Señor DIOS Me ayudará…” ¿Qué sucedió mientras Jesús oraba antes de ser arrestado? Dios envió a un ángel para fortalecerlo; Dios lo ayudó.

 

“…por lo tanto no he caído en desgracia. A cuenta de esto he puesto Mi rostro como pedernal, y sé que no seré avergonzado” (verso 7) —a pesar de cargar con la vergüenza y el pecado de toda la humanidad.

 

Verso 8: “Él quien me justifica está cerca; ¿Quién contenderá conmigo? Unámonos; ¿Quién es mi adversario? Dejen que se acerque”—y lo hicieron. Satanás y los demonios eran como perros y leones que hablaban espiritualmente, y rodeaban la cruz donde moría Jesús. Pero ahí estaba Dios, ahí estaba el Padre  para ayudarlo. Hubo oscuridad que cubrió la tierra, pero Jesús se convirtió en el sacrificio perfecto porque confió en Dios.

 

Veamos algo más sobre el sacrificio de Jesús. Es imposible refutar el hecho de que Isaías 53 habla sobre Dios, Quien se entregó a sí mismo como ese sacrificio. Vamos a ver la realidad de lo que fue. Vamos a entender que Dios profetizó hasta el último detalle de lo que le iba a suceder.

 

En Una Armonía de los Evangelios y en El Día en que Jesús el Cristo murió, pueden leer sobre 28 profecías que se cumplieron en un día.

                                                 

(Pasar a la pista siguiente)

 

 

 

Continuemos en Isaías 53. Vamos a ver que éste [junto con algunos otros], era uno de los capítulos clave en la predicación sobre la crucifixión de Cristo… y sobre cómo Dios sabía exactamente lo que iba a padecer. Tenía que darse a conocer; tenía que quedar por escrito; tenía que ocurrir según la descripción de Isaías.

 

Isaías 53:1: “¿Quién ha creído nuestro reporte?... [Y eso es exactamente lo que pasa con la predicación]…Y ¿A quién es revelado el brazo del SEÑOR?... [¿Quién va a saber acerca de lo que Dios está haciendo?] …Porque Él—refiriéndose a Cristo—crecerá delante de Él [de Dios el Padre] …como una tierna planta, y como una raíz fuera de tierra seca” (versos 1-2). Ya veremos un poco más sobre la vida y crecimiento de Jesucristo, hasta llegar al tiempo de Su ministerio. Recuerden que algunos procuraban matarlo desde el comienzo.

 

“…Él no tiene forma ni hermosura para mirarlo, ni belleza para desearlo” (verso 2). Él vino como un hombre ordinario, no como hombre de gran estatura o de gran parecer. 

 

De aquí en adelante habla sobre lo que Cristo experimentó en Su vida y crucifixión… porque todo aquello era necesario. Sabemos que Él vino a ser ese sacrificio perfecto en el tiempo señalado, en el día de la Pascua.

 

Verso 3: “Él es despreciado y rechazado de los hombres; un Hombre de dolores, y familiarizado con la aflicción; y nos escondimos de Él nuestros rostros, fue despreciado, y no lo estimamos. Sin duda ha soportado nuestras enfermedades… [Nuestras enfermedades y dolencias. Él se convirtió en pecado por nosotros. Él, Quien no conoció pecado… ¡se hizo pecado por nosotros!] … y llevó nuestros dolores; aun así lo consideramos aquejado, golpeado de Dios y afligido” (versos 3-4). ‘Sí, es Tu culpa, Tu eres el Salvador, baja de la cruz.’

 

Verso 5: “Pero Él fue herido por nuestras transgresiones; aplastado por nuestras iniquidades; el castigo de nuestra paz fue sobre Él; y con Sus latigazos nosotros mismos somos sanos.” Aquí hay una fraseología interesante—Fue afligido por nuestra paz, castigado por nuestra paz.

 

Esto es a lo que se refiere el Apóstol Pablo en el saludo de sus epístolas: ‘Gracia y paz sean a ustedes de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.’ Él tuvo que pagar el precio por nosotros, para que podamos tener paz con Dios.

 

Verso 6: “Todos nosotros como ovejas nos hemos extraviado; hemos vuelto cada uno a su propio camino; y el SEÑOR ha colocado sobre Él la iniquidad de todos nosotros.” Como Creador de la Humanidad… Él vino a tomar sobre sí mismo los pecados de toda la humanidad. Pablo escribió en II Corintios 5: ‘Quien no conoció pecado, se hizo pecado para que la justicia de Dios pudiera estar sobre nosotros.’ Eso es algo fantástico hermanos. Y como dijo Pablo,  ‘Tal vez incluso algunos morirían por un buen hombre, pero mientras aun éramos pecadores, Cristo murió en el tiempo señalado por nosotros.’ Aquí está la profecía.

 

Verso 7: “Fue oprimido, y afligido; aun así no abrió Su boca. Es traído como un cordero al matadero; y como una oveja delante de su esquilador esta mudo, así Él no abrió Su boca.” Es asombroso ¿no creen? Eso es lo que Jesús tuvo que pasar.

 

·             Él sabía a lo que había venido

·             Sabía lo que iba a padecer

·             Él mismo dio estas profecías

·             Él sabía que se iban a cumplir

 

 

Verso 8: “Por opresión y juicio fue quitado; y con Su generación ¿Quien consideró que Él fuera cortado de la tierra del viviente; por la trasgresión de Mi pueblo Él fuera aquejado?” ¡Esto es algo que no podría decirse de ningún otro hombre! Es algo que no podría aplicar a ningún otro evento en la historia, a excepción del sacrificio de Jesucristo—Dios manifestado en la carne.

 

Verso 9: “Y Él hizo Su sepultura con el malvado, y con el rico en Su muerte; aunque no había hecho violencia, ni hubo ningún engaño en Su boca.” Dios el Padre también sabía lo que iba a suceder— ¡Por supuesto que sí! Sabía que la muerte de Cristo tenía que ser de la manera en que ocurrió:

 

·             Con la flagelación

·             la golpiza

·             el rechazo

·             Con todo lo que tuvo que pasar.

 

¡La flagelación con un látigo de nueve colas arranca la piel literalmente!

 

Verso 10: “Aun así el SEÑOR deseó aplastarlo y Lo ha puesto en aflicción: Tú harás Su vida una ofrenda por el pecado…” Piensen en esto. Nosotros nos acercamos a Dios todos los días para pedir perdón por nuestros pecados, pero sólo son perdonados a través de la sangre derramada de Jesucristo. 

 

“…Él verá Su semilla… [en la resurrección] … prolongará Sus días, y que el propósito del SEÑOR pueda prosperar en Su mano” (verso 10). Estas cosas se van a cumplir a través de Jesucristo.

 

Finalmente, las personas que vivimos en el tiempo del fin… sabemos que la paz del mundo sólo llegará a través de Jesucristo. Vamos a presenciar eventos asombrosos; eventos trágicos; catástrofes que vendrán sobre el mundo entero. También veremos los avances del hombre hasta llegar al punto en que creerá que es invencible, y peleará contra el regreso de Cristo bajo la influencia de Satanás el diablo. ¡Es algo realmente increíble!

 

Verso 11: “Verá el tormento de Su alma… [Ya veremos esto a continuación]…Estará completamente satisfecho. Por Su conocimiento Mi Siervo justo justificará a muchos; y llevará sus iniquidades.” Sólo Él podía hacerlo.

 

Debemos entender que Jesús hizo esto voluntariamente. Vamos al Salmo 22. Este es un Salmo extraordinario porque cada vez que lo leo, no puedo dejar de preguntarme: ¿En qué habrá estado pensando David cuando escribió este salmo? ¡Es algo admirable!

 

Esto abarca desde algunas palabras de David hasta las mismas palabras de Cristo. Después describe lo que Jesús sintió en Su cuerpo al colgar de la cruz: el sangrado, el sufrimiento, y todo el tormento y las cosas terribles que ocurrieron. Todo está representado en el Salmo 22.

 

También hay que entender que estas escrituras eran conocidas. Algunas de ellas son las mismas palabras que Cristo pronunció al colgar de la cruz.

 

Salmos 22:1: “Mi Dios, mi Dios, ¿porque me has abandonado, y porque estás tan lejos de ayudarme, y de las palabras de mi gemido? Oh mi Dios, ruego en el día, pero Tú no respondes; y en la estación nocturna, y no estoy callado. Sin embargo, Tú eres Santo, Oh Tu, entronizado sobre las alabanzas de Israel” (versos 1-3).

 

·             ¡Jesús recordó el Trono!

·             Recordó a Dios el Padre

·             Recordó cómo era estar con Dios el Padre antes de despojarse a sí mismo de Su divinidad

·             Recordó cómo era antes de renunciar a la eternidad de Su ser… para tomar la forma de un hombre en la carne, y nacer de la Virgen María.

 

¡Es admirable!

 

Verso 6: “Pero yo soy un gusano, y no un hombre; un reproche de hombre y despreciado por la gente.” Eso concuerda con Isaías 53—pero fue escrito 250 años antes de Isaías.

 

Verso 7: “Todo el que Me ve se burla de Mí…” Si leemos Una Armonía de los Evangelios, veremos que todos mencionan cuando el sumo sacerdote fue y le dijo a Jesús: ‘Si eres el Cristo, baja de ahí.’ Incluso uno de los ladrones que estaban crucificados con Él le dijo: ‘Sí, si tú eres el Cristo, bájanos de aquí.’ 

 

“…ellos brotan el labio; sacuden la cabeza, diciendo, ‘¡Él confió en el SEÑOR; líbrelo Él; rescátelo Él, ya que se deleita en Él!’” (Versos 7-8). Sí, Dios el Padre lo rescató… pero no en la manera que ellos demandaban. Dios lo resucitó de entre los muertos después de tres días y tres noches. Lo sacó de esa tumba.

 

Verso 9: “Porque Tú eres quien Me sacó del vientre… [La oración a Dios mientras colgaba de la cruz]…haciéndome confiar mientras estuve en los senos de Mi madre. Fui echado sobre Ti desde el nacimiento; Tú eres Mi Dios desde el vientre de Mi madre” (versos 9-10). ¿Acaso no dijo Él: ‘Mi Dios y Su Dios’? ¡Sí lo hizo!

 

¿Cómo debemos dirigirnos a Dios? ¡Como nuestro Padre! ¡Eso es algo fascinante! Miren cómo las escrituras se vuelven realidad cuando las entendemos.

 

Él dice en el verso 11: “No estés lejos de Mi; porque el problema está cerca, porque no hay nadie que ayude.” Él sabía que nadie lo ayudaría. Sabía que tenía que hacerlo por sí mismo; sin la ayuda de nadie.

 

Verso 12: “Muchos toros Me han rodeado; fuertes toros de Basán Me han rodeado.” Así es como los describió. Podemos imaginarnos la cruz, con la gente alrededor…  riéndose alegremente en blasfemia contra Jesucristo—todos los demonios, Satanás y los demonios. Nosotros sabemos que ¡ahí estaba Satanás! ¡Ahí estaba alegrándose!

 

Pero en Colosenses 2 dice que Jesús venció el poder de Satanás por medio de la crucifixión, a través de Su amor y obediencia a Dios el Padre.

 

Verso 13: “Ellos abrieron amplio sus bocas a Mí, como un león rapaz y rugiente. Soy derramado como agua… [Su fuerza lo abandonaba]…y todos mis huesos están fuera de su articulación; Mi corazón es como cera; esta derretido en medio de Mis entrañas” (versos 13-14). Éstos eran pensamientos profetizados que Jesús iba a experimentar. David fue capaz de escribirlos en un registro para nosotros; un registro permanente que comprueba que Jesús es el Cristo, y que Jesús era Dios antes de venir en la carne.

 

Verso 15: “Mi fuerza esta seca como un tiesto, y Mi lengua se aferra a mis mandíbulas; Perros Me han rodeado; una banda de malhechores Me ha rodeado; han traspasado Mis manos y Mis pies; y Tú Me has traído al polvo de muerte” (versos 15-16). Recuerden que: ¡Jesús sabía que era la voluntad de Dios!

 

Cuando participemos de la Pascua mañana en la noche… entendamos el precio que Dios pagó para redimirnos de nuestros pecados, porque

 

·             ¡Dios nos ama!

·             ¡Dios nos quiere!

·             ¡Dios nos ha llamado!

 

Pero cada año debemos renovar el Nuevo Pacto en la Pascua para:

 

·             poder acercarnos a Dios

·             recordar que tenemos el sacrificio perfecto para el perdón de los pecados

·             entender que Dios mismo ha hecho esto

 

—el tener TODA la Palabra de Dios y poder volver a leerla, comprobarla, y entenderla… ¡es algo realmente fantástico!

 

Verso 17: “Puedo contar todos Mis huesos…” Al voltear, Jesús podía ver Sus costillas porque la flagelación le había arrancado la carne, y podía ver Sus propios huesos. ¡Imagínense lo espantoso que debe haber sido! Su sangre derramándose y todos los demonios rodeándolo—es un escenario inexplicable.

 

Verso 18: “Dividen Mis vestidos entre ellos y echan suertes sobre Mi vestidura.” Todo ocurrió exactamente como Dios lo predijo. Muchas veces cuando leo aquí—y en el Nuevo Testamento—me digo: En efecto, esta parte fue cumplida por esos soldados que nunca supieron lo que Dios estaba haciendo. Pero al hacer lo que hicieron, estaban cumpliendo las palabras de Dios.

 

·             ¡Ellos no sabían!

·             ¡Pilato no sabía!

·             ¡El sumo sacerdote no sabía!

 

Pero debió saberlo, especialmente después de la resurrección de Jesús y de la predicación de los apóstoles. Ahí está para que todo el mundo lo sepa.

 

Verso 19: “Pero Tú, Oh SEÑOR, no estés lejos de Mí; Oh Mi fuerza, apúrate a ayudarme. Libra Mi alma de la espada, Mi vida preciosa del poder del perro. Sálvame de la boca del león…” (Versos 19-21). Satanás el diablo anda como león rugiente, buscando a quien devorar.

 

Él es el autor del pecado. Los seres humanos no podemos llegar a la perfección en la carne—esto se debe a nuestra naturaleza humana y a Satanás—Podemos llegar a un punto de perfección que Dios espera de nosotros mientras aun estemos en la carne, pero no al punto necesario para la vida eterna hasta que Dios nos resucite de entre los muertos.

 

Verso 21: “Sálvame de la boca del león; sí, y de los cuernos del buey salvaje. Tú Me has respondido… [Noten el propósito de esto]: …Declararé Tu nombre a Mis hermanos…” (Versos 21-22). A principios de año hablamos sobre cómo Jesús reveló al Padre, y ¡Su nombre es el Padre! {La serie de sermones se titula: Como Revela Jesús al Padre}. Esto es lo que se ha proclamado. 

 

“…en medio de la congregación Te alabaré” (verso 22). Eso es lo que Él va a hacer cuando llegue la resurrección. Piensen en lo grandioso que será.

 

Si volvemos al Evangelio de Juan, veremos que Jesús sabía y entendía lo que iba a ser. En Juan 10, leemos que Jesús hizo esto voluntariamente. Lo hizo por Su gran amor a toda la humanidad; el mismo amor que Dios el Padre nos tiene.

 

Juan 10:14—Jesús dijo: “Yo soy el buen Pastor, y conozco a aquellos que son Míos, y Soy conocido de aquellos que son Míos.” Hay muchos cristos falsos allá afuera; hay mucha falsedad. ¿Conocen ustedes la voz de Cristo? Las palabras registradas en la Biblia son la voz de Cristo, y nosotros ¡conocemos Su voz! No hemos de seguir a ningún otro. ¿Por qué lo haríamos?

 

 

Verso15: “Exactamente como el Padre Me conoce, Yo también conozco al Padre; y pongo Mi vida por las ovejas.”

 

·             ¡Él lo hizo voluntariamente!

·             ¡Vino voluntariamente!

·             ¡Sabía que esto fue destinado desde la fundación del mundo (Apocalipsis 13:8)!

·             ¡Lo supo desde el pecado de Satanás!

·             ¡Lo supo desde el pecado de Adán y Eva!

 

Verso 16: “Y tengo otras ovejas que no son de este redil. Debo traer a esas también, y ellas oirán Mi voz; y habrá un rebaño y un Pastor. Por cuenta de esto, el Padre Me ama: porque Yo pongo Mi vida, para que la pueda recibir de regreso otra vez” (versos 16-17).

 

Había un pacto especial entre los dos Elohim—uno Quien se convirtió en el Padre y uno Quien se convirtió en el Hijo. Cuando aquel Quien se convirtió en el Hijo se desprendió de Su divinidad para ser concebido por la virgen María, ambos pactaron que Cristo haría lo que el Padre hiciera—ambos.

 

Verso 18: “Nadie Me la quita, sino que Yo la pongo de Mí mismo…” Él lo hizo voluntariamente. Detengámonos a pensar por un minuto:

 

En la actualidad, vivimos en tiempos de crisis y de mucha confusión. A veces nos sentimos bastante presionados por diferentes razones— ¿verdad? Bueno, imagínense lo que Cristo ha de haber sentido. Todo lo que tuvo que pasar; todo lo que tuvo que soportar:

 

·             ¡Voluntariamente!

·             ¡Sabiendo lo que iba a suceder!

·             ¡Sabiendo la manera en que sucedería!

 

“…Tengo autoridad para ponerla y autoridad para recibirla de regreso otra vez. Este mandamiento recibí de Mi Padre” (verso 18). Es algo sorprendente— ¿no creen? Eso es lo que hizo Jesús.

 

Veamos cómo Jesús fue capaz de soportar todas éstas cosas, y cómo es que nosotros necesitamos esa clase de mente y corazón; esa clase de actitud; esa clase de fuerza espiritual permanente que sólo viene de Dios.

 

Ahora, aquí está lo que Pablo escribió con relación a la crucifixión de Cristo, y a lo que nosotros también debemos hacer. Por eso es que tomamos la Pascua. Piensen en las cosas que han pasado a lo largo de sus vidas. Jesús dijo que los que alcanzan el Reino de Dios… lo hacen con gran dificultad. Y así es:

 

·             Tenemos que luchar  contra nosotros mismos

·             Tenemos que vencer el pecado a través del perdón y la gracia de Dios (por medio de Su Espíritu y Su Palabra)

·             Tenemos que vencer la naturaleza humana

·             Tenemos que construir el carácter de Dios en nosotros

 

Todo esto es gracias a Dios el Padre, a Jesucristo, y a Su sacrificio voluntario por los pecados de la toda humanidad.

 

Pablo escribió todo el capítulo de Hebreos 11 por fe. El actuar viene por fe, porque creemos, y si creemos… entonces actuamos en base a esa creencia. Eso es exactamente lo que sucedió con Abraham—el creyó, y actuó en base a esa creencia. Así que Pablo escribió:

 

Hebreos 12:1 “Por tanto, dado que estamos rodeados por tan gran multitud de testigos, dejemos a un lado todo peso…”

 

·             cualquier problema

·             cualquier dificultad

·             cualquier duda

·             cualquier miedo

 

“…y el pecado que tan fácilmente nos atrapa…” Así es como sucede. El vencer la ‘ley del pecado y muerte’ en nosotros—por medio del poder y del Espíritu de Dios—requiere de esfuerzo. Es difícil. Es algo en lo que tenemos que trabajar continuamente todos los días de nuestra vida… hasta que rindamos nuestro último aliento. Eso es lo que Jesús tuvo que hacer.

 

“…y corramos la carrera puesta delante nuestro con resistencia” (verso 1). Esa carrera es el camino de vida al que Dios nos ha llamado, y para correrla, debemos de:

 

·             ¡Tener el objetivo!

·             ¡Tener la inspiración!

·             ¡Tener el Espíritu de Dios!

·             ¡Tener la Palabra de Dios!

·             ¡Entender lo que estamos haciendo!

 

Verso 2: “Teniendo nuestras mentes fijas en Jesús, el Iniciador y Terminador de nuestra fe; Quien por el gozo… [Ya hemos leído sobre la tristeza y la aflicción; sobre  el dolor y la opresión. Pero aquí dice]: …por el gozo que tenía delante de Él…” (Verso 2). La resurrección; el aumento de la familia de Dios. Va a ser algo tremendo. Jesucristo vino a revelar al Padre, y nosotros tenemos conexión directa con Él:

 

·             A través de la oración y el estudio

·             A través de la Palabra de Dios

·             A través de nuestro diario vivir

·             A través de nuestros pensamientos para con Dios el Padre y Jesucristo

 

Así que a pesar de todo lo que sucede, tenemos que gozarnos en saber y entender que Dios nos está librando de ello. Dios tiene algo mejor para nosotros. Es verdad que hay tristeza cuando pasamos por ciertas cosas, pero en esta Pascua debemos gozarnos y entender que Dios nos ha llamado para celebrarla.  

 

“…Quien por el gozo que tenía delante de Él resistió la cruz, aunque despreció la vergüenza, y se ha sentado a la mano derecha del trono de Dios” (verso 2). Así es como debemos ver las dificultades y problemas que se nos presenten. No se dejen arrastrar por ellos:

 

·             Mírenlos como lo que son en realidad

·             Busquen a Cristo

·             Busquen a Dios el Padre

·             Utilice el Espíritu Santo de Dios para cambiar, crecer, y vencer.

 

Así como Cristo se ha sentado a la diestra del trono de Dios en el cielo, nosotros también seremos resucitados de entre los muertos a vida eterna por el poder de Dios. Pero primero:

 

·             Tenemos que vencer la naturaleza humana

·             Tenemos que vencer a satanás el diablo

·             Tenemos que vencer al mundo

 

Y esto es posible a través del sacrificio de Jesucristo.

 

Pablo escribió en el verso 3: “Ahora mediten profundamente en Él…” Piensen en las cosas que hemos cubierto hasta aquí. Piensen en éstas cosas de aquí hasta que tomemos la Pascua mañana.

 

“…Quien resistió tan gran hostilidad de pecadores contra Sí mismo para que no lleguen a estar cansados y desmayen en sus mentes” (verso 3). Esto ha sucedido con algunas personas.

 

·             Por eso es que la Pascua se renueva cada año

·             Por eso repasamos las cosas que Dios ha hecho por nosotros

·             Por eso repasamos las Escrituras

·             Por eso crecemos en espíritu, en conocimiento, y en entendimiento

 

Tenemos que atravesar algunas pruebas porque Dios quiere ver lo que hacemos; quiere ver cómo reaccionamos. Sería bueno que nos preguntáramos si:

 

·             ¿Tenemos la mente de Cristo?

·             ¿Usamos la Palabra de Dios?

·             ¿Usamos el Espíritu de Dios?

·             ¿Nos acercamos a Dios y a Jesucristo con frecuencia?

 

Verso 4: “Ustedes aún no han resistido al punto de perder sangre en su lucha contra el pecado.” Vamos a tener que enfrentar cosas por el estilo. Vamos a tener que acostumbrarnos a que formen parte de nuestra vida diaria. Algunas no serán placenteras; otras lo serán.

 

Pero recuerden que Jesucristo vino y ¡tomó la muerte! Ya veremos a dónde nos lleva todo esto. ¿Por qué se alegró Jesucristo?

 

Al ofrecer Su vida, Cristo dijo que ‘Él mismo la ponía; nadie se la quitaba.’ Es cierto que murió por mano de hombre; ahí estaban aquellos que lo crucificaron. Pero ¡nadie se la quitó! Él puso su vida porque así lo estableció desde la fundación del mundo.

 

El propósito de todo esto es: que podamos nacer en el Reino de Dios… para que todas las cosas puedan ser entregadas a los herederos.

 

Hebreos 2:8: “‘Sí, pusiste todas las cosas en sujeción bajo sus pies.’…[refiriéndose a los pies de la humanidad]…Porque al sujetar todas las cosas a él, no dejó nada que no fuera sujeto a él. Pero ahora no vemos aun todas las cosas sujetas a él.” ¿Por qué? ¡Porque el plan de Dios aún no ha llegado a esa etapa! Pero lo hará.

 

Por eso, al tomar la Pascua y renovar el Nuevo Pacto… nos acercamos a Dios para pedirle:

 

·             Su Espíritu

·             Su fuerza

·             Su misericordia

·             Su perdón

·             Su bondad

·             Su sanidad

 

Porque fuimos sanados por Sus latigazos. Nuestros pecados fueron perdonados por su flagelación y Su sangre derramada.

 

“…Porque al sujetar todas las cosas a él, no dejó nada que no fuera sujeto a él. Pero ahora no vemos aun todas las cosas sujetas a él” (verso 8). Eso será hasta los cielos nuevos y la tierra nueva. ¡Es absolutamente increíble hermanos! Necesitamos entender cuán vasta, profunda, y espiritual que es la Palabra de Dios.

 

Verso 9: “Pero vemos a Jesús, Quien fue hecho un poco menor que los ángeles, coronado con gloria y honor a cuenta de sufrir la muerte…” La muerte que reconcilia a toda la humanidad, y a cada uno en lo individual… ¡Cuando nos arrepentimos para formar parte del plan maestro de Dios!

 

“…para que por la gracia de Dios Él mismo pudiera probar la muerte por todos” (verso 9). ¿No es increíble? ¡Por Todos!

 

·             ¿Qué amor es éste?

·             ¿Qué bondad es ésta?

·             ¿Qué misericordia es ésta?

·             ¡Es algo sumamente excepcional!

 

Hebreos 5 dice que Él fue perfeccionado a través de esto. Dios fue perfeccionado aún más con ésta experiencia.

 

Verso 10: “Porque era apropiado para Él, para Quien todas las cosas fueron creadas, y por Quien todas las cosas existen, traer muchos hijos a la gloria, para hacer al Autor de su salvación perfecto a través de sufrimientos.”

 

Hermanos, no sabemos qué clase de cosas vamos a tener que vivir. Miren lo diferentes que son Sus vidas hoy, en comparación a cómo se veían hace 20 años. Son totalmente diferentes— ¿cierto? ¡Así es! Y todo se debe a que estamos siendo perfeccionados. Tenemos que mirar las pruebas como circunstancias que nos ayudan para bien. Ya lo iremos comprobando durante los días de Panes Sin Levadura.

 

Verso 11: Porque ambos, Quien está santificando y aquellos que son santificados son todos de Uno; por tal causa Él no está avergonzado de llamarlos hermanos… [Ustedes son hermanos de Jesucristo; los hijos e hijas de Dios]…diciendo, ‘Declararé Tu nombre a Mis hermanos…’” (Versos 11-12). Cristo lo hizo, y cuando seamos resucitados… ¡será declarado aún más!

 

“‘…en medio de la iglesia cantaré alabanza a Ti.’ Y nuevamente, ‘Estaré confiando en Él.’ Y de nuevo, ‘He aquí, Yo y los hijos que Dios Me ha dado.’ (Versos 12-13). ¡Por eso lo hizo! Y necesitamos entender que esto aplica a cada uno de nosotros en lo individual.

 

Verso 14: “Por tanto, dado que los hijos son participes de carne y sangre, en la misma manera Él también tomó parte en la misma, para que a través de la muerte Él pudiera anular a quien tiene el poder de la muerte—eso es, el diablo.” ¡Anular todas las obras del diablo!

 

Verso 15: “Y [para que Él] pudiera librar a aquellos…”—a ustedes, a mí… ¡y a todos los hermanos! Por eso es tan importante que entendamos el amor de Dios, y nuestro amor por los hermanos. Por eso al acercarnos a la Pascua, necesitamos arrepentirnos de todas las disputas y dificultades que haya entre nosotros como hermanos. Necesitamos reconciliarnos unos con otros, así como Cristo nos ha reconciliado con el Padre. Tengamos en mente que: ¡No podemos presentarnos ante Dios… si cargamos con ofensas que no hemos perdonado!

 

“…Y pudiera librar a aquellos que estaban sujetos a esclavitud a lo largo de sus vidas por su temor de la muerte. Porque ciertamente, Él no la está tomando sobre Sí mismo para ayudar a los ángeles; sino Él la está tomando sobre Sí mismo para ayudar a la semilla de Abraham” (versos 15-16) — ¡a la semilla espiritual de Abraham! Por eso se hizo carne y sangre; porque prometió Su muerte a Abraham, como vimos en Génesis 15.

 

Verso 17: “Por esta razón, fue obligatorio para Él ser hecho como Sus hermanos en todo para que pudiera ser un Sumo Sacerdote misericordioso y fiel en cosas pertinentes a Dios, para hacer propiciación por los pecados de la gente… [Y aquí viene una promesa]: … Porque Él mismo ha sufrido, habiendo sido tentado en la misma manera, Él es capaz de ayudar a aquellos que están siendo tentados” (versos 17-18).

 

No hay ningún pecado, ninguna prueba, ninguna dificultad, ningún sufrimiento, ninguna desilusión en la gente… que Cristo no haya tenido que superar. No hay una sola cosa que usted haya experimentado, que le dé derecho a retener algún pecado. ¡Usted tiene que arrepentirse! ¡Yo tengo que arrepentirme! A medida que nos acercamos a ésta próxima Pascua, todos debemos reflexionar en que vamos a participar de la carne y el cuerpo de Jesucristo. Él estará ahí

 

·             para acompañarnos

·             para perdonarnos

·             para ayudarnos

·             para darnos vida eterna

y

·             para mostrarnos cómo debemos caminar

·             para mostrarnos lo que debemos hacer

          ¡Él nos purificó de nuestros pecados! Y nosotros…

 

·             Necesitamos acercarnos a Él

·             Necesitamos pedirle Su ayuda

·             Necesitamos pedirle Su fuerza

·             Necesitamos pedirle Su perdón

 

Y tenemos que estar conscientes de que ¡sólo Él puede hacer esto! Cuando lo estemos… necesitamos acercarnos con determinación. Debemos tener la misma determinación que Jesucristo tuvo en la crucifixión, cuando enfocó Su mente en ¡hacer la voluntad de Dios!—con lo que hizo, y con lo que dio.

 

Volvamos al libro de los Salmos para ver la actitud que debemos tener durante la Fiesta de Panes Sin Levadura, después de participar de la Pascua. Debemos tener una actitud:

 

·             de misericordia

·             de perdón

·             de perdonar las ofensas de nuestros hermanos y hermanas

·             de reconciliarnos con ellos

 

Si queremos que Dios se reconcilie con nosotros… más nos vale reconciliarnos primero con Él; más nos vale reconciliarnos con nuestros hermanos.

 

Salmos 57:1: “Se graciable a mí. Oh Dios, se graciable a mí; porque mi alma confía en Ti; sí, en la sombra de Tus alas haré mi refugio hasta que estos grandes problemas pasen.” Vamos a tener que pasar por muchos problemas, y vamos a tener que superarlos. Tendremos que dedicar nuestras vidas a Dios a través de Su Espíritu Santo.

 

Verso 2: “Lloraré al Dios Altísimo, a Dios Quien cumple su propósito para mí… [Eso es lo que Dios quiere hacer con nosotros; cumplir Su propósito en nosotros]…Él enviará desde el cielo y Me salvará; Él reprende a quien me tragaría. Selah. Dios enviará Su misericordia y Su verdad” (versos 2-3).Esto es primero para nosotros; y posteriormente para resto el mundo. ¡Es increíble!

 

Verso 4: “Mi alma está entre leones; me acuesto entre leones que exhalan fuego, los hijos de los hombres cuyos dientes son como lanzas y flechas, y su lengua una espada aguda.” Esto es como lo que Jesús tuvo que pasar. Nosotros percibimos la manera en que los hombres ven a los cristianos que creen en la Biblia, y podemos concluir que cada día se hacen más odiosos, despreciables, y arrogantes. Así que vamos a tener que pasar por algunas pruebas.

 

Verso 5: Sea Exaltado oh Dios, sobre los cielos; que Tu gloria sea sobre toda la tierra… [Ese es el poder que buscamos]…Ellos han preparado una red para mis pasos; mi alma está doblegada…” (Versos 5-6) —esto habla sobre lo que Jesús tuvo que pasar; lo que David tuvo que pasar; lo que nosotros estamos pasando.

 

“…han cavado un pozo ante mí; en medio de él han caído ellos mismos. Selah. Mi corazón está firme, Oh Dios…” (Versos 6-7).

 

·             ¿Están firmes nuestros corazones?

·             ¿Está firme su corazón?

·             ¿Está firme mi corazón?

 

    Sí, ¡a través de Jesucristo!

    Sí, ¡a través de la participación del pan, del vino, y del lavamiento de pies!

    Sí, ¡a través de nuestro amor por Dios!

    Sí, ¡a través de nuestra obediencia a Su voz!

    Sí, ¡a través de todo lo que hacemos!

 

“…mi corazón está firme; cantaré y daré alabanza. ¡Despierta, mi gloria! ¡Despierta, arpa y lira! Yo mismo despertaré el alba” (versos 7-8). Nosotros también necesitamos despertar espiritualmente; despertar del sueño que envuelve al mundo entero. Eso es lo que debemos buscar en ésta próxima Pascua.

 

También, debemos entender la importancia del pan y del vino. Veamos lo que Jesús dijo en relación a ello… y el por qué necesitamos tomarlos. En esto consiste el significado de la Pascua.

 

Lucas 22:19: “Y tomó pan; y después de dar gracias, lo rompió y lo dio a ellos, diciendo, ‘Este es Mi cuerpo, el cual es dado por ustedes…’” Dios aplica Su sacrificio a cada uno en lo individual, y cada uno de nosotros debemos guardar la Pascua individualmente. Dios aplica Su misericordia, Su bondad, Su perdón, y nos establece bajo Su gracia.

 

Jesús dijo: “‘…Esto háganlo en memoria de Mí.’ En la misma manera también, tomó la copa después de cenar, diciendo, ‘Esta copa es el Nuevo Pacto en mi sangre, la cual es derramada por ustedes’” (versos 19-20).

 

Hermanos, tengamos éstas cosas en mente. Y al tomar la Pascua mañana por la noche… recordemos su significado y cumplimiento en nuestras vidas. Si lo hacemos, seremos renovados y refrescados ante Dios por el sacrificio de Cristo: ¡A través de Su misericordia, Su bondad, y de la ceremonia de la Pascua del Nuevo Pacto!

 

 

 

Escrituras de Referencia:

 

1)           Lucas 24:44-47

2)           Génesis 3:14-15

3)           Génesis 15:4-6, 9-10, 12

4)           Génesis 22:11-13, 15-18

5)           Génesis 26:3-5

6)           Éxodo 12:11-12

7)           Gálatas 3:29

8)           Isaías 40:1-7, 21

9)           Isaías 42:21

10)       Isaías 50: 4-8

11)       Isaías 53:1-11

12)       Salmos 22:1-3, 6-22

13)       Juan 10:14-18

14)       Hebreos 12:1-4

15)       Hebreos 2:8-18

16)       Salmos 57:1-8

17)       Lucas 22:19-20

 

Escrituras referenciadas no citadas:

 

·             Mateo 13

·             Génesis 17

·             Hebreos 11

·             Isaías 28

·             2 Corintios 5

·             Colosenses 2

·             Apocalipsis13:8

·             Hebreos 5

 

También referenciados:

 

Series de Sermones:

·             ¿Cómo predicaría Usted a Cristo desde el Antiguo Testamento?

·             Cómo Jesús Reveló al Padre

Libros:

·             Una Armonía de los Evangelios por Fred R. Coulter

·             El Día que Jesucristo Murió por Fred R. Coulter

 

 

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